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CAMBIO CLIMÁTICO (II): LOS BONOS DE CARBONO

Por Héctor José Fasoli

Doctor en Química, docente e investigador,
especializado en temas ambientales.
Premio Konex de Platino en Ciencia y Tecnología.

 

El tema del cambio climático fue tratado varias veces desde que comenzamos esta columna, allá en los comienzos de 2022. En octubre del año pasado explicamos brevemente el tema y anunciamos su continuación.

Resumamos en forma de ejercicio de preguntas y respuestas algunos aspectos importantes sobre este asunto, para llegar a presentar una alternativa con el fin de tratar de minimizar la principal causa del cambio climático.

El origen del cambio climático

Pregunta (P).  ¿Cuáles son las causas del cambio climático global

Entre las causas principales está la emisión de dióxido de carbono (se lo denomina CO2 y se lo nombra ce-o-dos), la cual es continua y descontrolada desde hace casi tres siglos”.

P. ¿El dióxido de carbono es el único gas responsable del cambio climático?

“No, hay otros gases que producen un efecto aún mayor que el CO2, como por ejemplo el metano (gas natural). Sin embargo, por cuestiones de uniformidad, las emisiones de gases de efecto invernadero se expresan en toneladas de CO2 equivalente (es decir que si se emite cierta cantidad de metano, lo que se indica es a cuánto dióxido de carbono equivaldría esa cantidad de metano).”

P. ¿De dónde provienen el dióxido de carbono y esos otros gases?

“El dióxido de carbono se origina principalmente en la combustión de combustibles fósiles (carbón y derivados del petróleo), pero también en otras actividades humanas como la deforestación, la que le quita al planeta los pulmones verdes capaces de transformar el CO2 en vida vegetal. El metano se produce, entre otras causas antropogénicas, como consecuencia de la cría intensiva de ganado, especialmente vacuno y ovino”.

P. ¿Cómo afecta el dióxido de carbono y otros gases a la temperatura del planeta?

Mediante el denominado efecto invernadero. La superficie de la tierra se calienta por la radiación solar, pero también se comporta como un espejo que refleja parte de esa radiación, devolviéndola al espacio. El CO2 y otros gases impiden que escape al espacio la radiación reflejada, esta calienta el gas atmosférico y hace que aumente la temperatura promedio del planeta”.

P. ¿Por qué se habla de cambio climático?

“Porque si bien, en promedio, la temperatura del planeta aumenta, ocurrirán fenómenos climáticos regionales que pueden afectar a cada lugar de manera muy diferente. Por ejemplo, la descongelación de masas de hielo por aumento de la temperatura producirá el movimiento de grandes cantidades de agua fría que puede hacer que disminuya la temperatura de zonas habitualmente cálidas.

Los hielos derretidos pueden aumentar el nivel de los océanos y hacer que muchas islas desaparezcan y las costas se modifiquen. Los cambios de temperatura en la atmósfera generan grandes movimientos de aire cuya consecuencia son tormentas violentas en lugares no preparados para enfrentarlos”.

El carbono deja su huella

P. ¿Cómo se expresan en números las emisiones de dióxido de carbono?

“Es costumbre hablar de la “huella de carbono”.

La huella de carbono de toda actividad se expresa en toneladas de CO2 equivalente (ver más arriba). El objetivo es reducir la huella de carbono de todo país, empresa o persona, es decir, disminuir la emisión de gases de efecto invernadero todo lo que sea posible”.

P. ¿Cómo se puede actuar para reducir la huella de carbono?

“Las acciones son a todos los niveles: gubernamental, empresarial e individual, emitiendo menos CO2 y otros gases. Para esto es necesario ahorrar energía, reemplazarla por formas renovables como la solar o la eólica y lograr procedimientos más eficientes en cualquier tipo de actividad. En definitiva, la huella de carbono se reduce actuando de manera solidaria de manera de reducir este fenómeno que afecta la “casa común”: nuestro planeta”.

P. ¿Es costoso conseguir eso?

“Por lo pronto requiere un cambio de actitud y de conducta; ni uno ni otro son inmediatos, involucran a la educación y tomar decisiones que afectan nuestras “zonas de confort”. Por otro lado, puede requerir de inversiones en proyectos de sustitución de tecnologías, capacitación de personal y otros gastos que no todos están dispuestos a hacer, a menos que se impongan penalidades o se reciban incentivos por reducir las emisiones.

El punto clave en esta última respuesta es que las acciones mencionadas son costosas y, como sostienen muchos, los individuos solo reaccionan cuando se les afecta el bolsillo. Para alentar actividades que reduzcan las emisiones de CO2 a través de acciones que impliquen inversiones se buscaron mecanismos económicos. Es aquí donde nace el sistema de bonos de carbono”.

La economía del cambio climático

“Los bonos de carbono son créditos que las empresas (gobiernos o, incluso personas individuales) pueden adquirir para compensar sus emisiones de CO2. Se propusieron en el Protocolo de Kyoto en 1997 por iniciativa de una economista argentina radicada en los Estados Unidos.  Un ejemplo sencillo y a nivel pequeño puede ayudar a comprender cómo funciona el sistema de bonos ambientales.

Supongamos que cada barrio cuenta con cinco contenedores de basura y que, por las razones que sean, el camión pasará una vez por semana llevándose solamente lo que hay dentro de cada contenedor.

La experiencia indica que el barrio genera mucho más que cinco contenedores por semana, así que una junta de expertos calcula cuánta basura debe generar cada usuario para que los contenedores no se llenen; supongamos dos bolsas de basura cada tres días. Pero ocurre que algunos usuarios generan menos que eso (digamos, solo una bolsa), algunos generan dos bolsas y otros generan bastante más (por ejemplo, cuatro bolsas).

Los usuarios que generan menos de dos bolsas pueden ser premiados con “bonos de basura”. A su vez, todos pueden proponerse generar menos y, de esta manera, obtener más bonos por ese esfuerzo. Por ejemplo, el vecino que generaba dos bolsas comienza a desperdiciar menos comida, comprar productos sueltos, etc., con lo que pasa a generar solo una bolsa de basura cada tres días; en compensación a ese esfuerzo recibirá sus bonos de carbono”.

P. ¿Para qué sirven esos bonos?

“Por ejemplo, para vendérselos a los que generan demasiado, de manera que puedan compensar su exceso con lo que ahorran otros. Como el precio de los bonos puede variar, ya que los que generan mucho tendrán que pagar multas por ese exceso de generación de basura, les convendrá invertir en procesos que les permita ahorrar.

La reducción de la generación de basura de los grandes hará que baje el precio de los bonos de los chicos. Se genera así una economía de mercado con el ahorro de la generación de basura.

 La basura de este ejemplo es la emisión de dióxido de carbono, los generadores son las empresas, los gobiernos y los individuos. La cantidad de CO2 que se puede introducir al ambiente surge de cálculos y protocolos tendientes a minimizar el cambio climático antes de que se vuelva un fenómeno incontrolable o irreversible”.

Colofón subjetivo

“No me gusta que el dinero sea la medida de todas las cosas. Preferiría una sociedad más solidaria, con personas que se preocupen por el prójimo, con gobiernos que se ocupen de algo más que ganar la próxima elección y empresas que no requieran de este tipo de incentivos o penalidades para propender al bien común.

Pero una cosa es la utopía de un mundo ideal y otra es la realidad que enfrentamos cada día. Como dejamos entrever muchas veces, podemos soñar un mundo perfecto, pero solo tratar de conseguir un mundo real que sea el mejor posible”.   

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