Social y Solidaria

CON LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL NO SE JUEGA PORQUE NOS GANA

CON LA IA NO SE JUEGA 1200

Noticias Cooperativas y Mutuales

CON LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL NO SE JUEGA PORQUE NOS GANA

Ya nadie puede dudar que la Inteligencia Artificial es una herramienta tecnológica disruptiva, esto quiere decir que hace referencia a un cambio determinante distinto a todo lo que se venía haciendo antes.

 

Es lógico entonces que esté creciendo el número de personas y empresas que se interesan por la misma, y que se utilice cada vez más.

En las Mutuales y Cooperativas, nos preguntamos, como afectará la operativa, ya que tiene la propiedad de alterar la forma en que se hacen las operaciones, por eso se necesita conocerla en sus alcances y tener propósitos claros para su utilización.

Podemos optimizar la forma de hacer las cosas, pero no perder el aspecto humano en nuestra organización ya que, como advierte el Dr. Fasoli, columnista de este medio “el alma artificial no existe”.

 

Como se puede reforzar la gestión en mutuales y cooperativas

En estos tristes momentos de incertidumbre de todo tipo que nos tiene mareados, la IA aparece como una posible estrategia en nuestras entidades para una transformación digital con el fin de minimizar costos y riesgos, siendo eficientes aún dentro de nuestros paradigmas de cuidar el bienestar de nuestra gente.

O sea que, el riesgo de la Inteligencia Artificial de que se deje de lado los propósitos humanísticos dependerá de los directivos de la entidad que deben ser firmes en aportar una perspectiva humana, que mejore las experiencias.

 

No piense en difícil

Lo que debemos saber es que la IA no vino a reemplazar el personal de nuestra entidad.

Pero si a respaldar su trabajo con nuevas herramientas, específicamente los procesos más repetitivos, analíticos o masivos, con las que contarán los colaboradores y seguramente aumentará las posibilidades de nuestra entidad. La propuesta es que las personas, en tanto, podrán utilizar su tiempo en ocupaciones creativas  e innovadoras.

 

La tecnología no es determinante

Los directivos de cada entidad deberían hallar las soluciones tecnológicas que permitan lograr sus objetivos; o sea con propósitos definidos y coherencia con la misión de la entidad; entonces podríamos inferir que se puede llegar a no aprovechar adecuadamente esta herramienta.

También es imprescindible medir como la aplicación de la IA podrá mejorar, o en su defecto afectar las relaciones con los asociados y también las funciones operativas.

 

Oportunidades de formación de los colaboradores

Se puede, por ejemplo, con la IA analizar las habilidades de las personas que trabajan en la entidad y definir las destrezas que se necesitarán en el futuro y esto puede llevar a una capacitación especializada, dando oportunidad al potencial de las personas, optimizando la eficiencia.

 

El buen manejo de la tecnología

La Inteligencia Artificial, lleva en sí misma algunos riesgos en cuanto a la evaluación de la realidad, por lo tanto, tiene que incorporarse a nuestro sistema de trabajo con Ética y adherirse a normativas de acceso claras y seguras; con la supervisión adecuada, ya que comporta una automatización avanzada que exige la mirada humana, ya que en forma atinada el profesor Fasoli, columnista de este medio, nos recuerda que “el alma artificial no existe” y que la IA debe estar vinculada a la Ética.

 

Colofón

Dejamos las conclusiones entonces al Dr. Héctor Fasoli, prestigioso científico, que tiene opiniones interesantes sobre este tema:

“¿Por qué un robot “lee” mis mails y me propone respuestas?, ¿por qué las cámaras de la PC pueden “observarnos” sin nuestra autorización? Es imperativo un debate ético al respecto; más aún, considero que muchas de estas nuevas tecnologías deberían discutirse éticamente antes de emplearse públicamente”.

“Nuestra imperfecta inteligencia pudo, a través de los milenios, perfeccionarse hasta ser capaz de crear a su vez una inteligencia que, entre otras cosas, puede aprender por sí misma. No sabemos si esta nueva inteligencia adquirirá pronto la capacidad de imaginarnos, concebirnos o aceptarnos como sus creadores”.

 

Share on facebook
Compartir nota en Facebook