“La misión oficial fue muy productiva, Martín Wu que nos llevó, tiene contactos muy importantes no solo con el gobierno -tiene un hermano que es ministro-, sino también  con el Partido Comunista, que allí pesa mucho y es muy importante, todo pasa por el Partido.

Esta visita a China va a generar frutos para el futuro, especialmente a las Cooperativas Agropecuarias porque ellos tienen mucho interés en la soja. Y también en nuestro litio.

Yo me tuve que separar unos días del grupo, porque tuve que visitar dos fábricas, una que hace impresoras que se llama CAI, ya que el año que viene tenemos que comprar una impresora nueva, no solo fue bueno tener la oportunidad de ir a verla personalmente sino también que se consiguen descuentos y mejoras. Luego me fui a otra fábrica que por una  máquina de hacer sobre tapas del dulce de leche y crema; pero la máquina que ellos tenían no cumplía con la calidad que necesitamos, así que, pese a la negociación, la tuvimos que dejar”.

Idiosincracia de la población china

“Ellos ven a América Latina como si fuera un solo país, como si cada país fuera una provincia. Ellos saben de Ecuador, de Brasil, Chile, Perú, Argentina, Venezuela, pero no lo tienen claro, y no diferencian nuestros estilos.

Es un país comunista, por lo tanto, la libertad de ellos es bastante relativa, dicen que están muchísimo mejor que 50 años atrás, no se ve pobreza aún en las ciudades más grandes como Pekín que tiene 23 millones de habitantes o Shanghái con 24 millones, ni en otras ciudades de 8 o 10 millones de habitantes. Tampoco hay delincuencia, no hay paros, no hay manifestaciones, nadie puede criticar al gobierno.

Tienen su propia Internet. Pero con algunas limitaciones, como ser la libertad, pero no conocen otra forma de vida, les gusta vivir así. Se está construyendo de manera impresionante, hacen edificios y edificios. todos iguales. Para mí, este viaje fue una experiencia inolvidable”.