Social y Solidaria

NO NOS DA LO MISMO 1200

Noticias Cooperativas y Mutuales

DR. ARIEL GUARCO - PRESIDENTE DE LA ACI

SU ORGULLO POR EL COOPERATIVISMO ARGENTINO

En el marco del Foro “Valor Argentino” el presidente de la Alianza Cooperativa internacional alienta a respetar los Acuerdos Internacionales referidos a la Protección Social y a reafirmar lo que verdaderamente interesa ya que todo no da lo mismo.

“Quisiera traerles mi testimonio, que es el de un argentino al que le ha tocado presidir la Alianza Cooperativa Internacional -ACI- desde el año 2017. Es una entidad que representa al cooperativismo a nivel global y quisiera compartir con ustedes el orgullo que siento y que todos deberíamos sentir por nuestro movimiento cooperativo y con nuestro movimiento mutual.

El mundo tiene gran interés y un gran respeto por nuestra experiencia; las cooperativas de los cinco continentes no me eligieron como presidente simplemente por mis cualidades personales, me eligieron porque represento al Cooperativismo Argentino”.

Lic. Russo con Ariel Guarco y Elbio Laucirica

El cooperativismo más diversificado del mundo

“Este interés, este respeto es por el cooperativismo más diversificado del mundo ya que hay muchos países con cooperativas, pero ninguno tiene la diversidad que tenemos acá.

Nuestras cooperativas construyen viviendas, distribuyen electricidad y gas, proveen agua y proveen servicios de telefonía e internet, incluso estamos haciendo las primeras experiencias en telefonía móvil. Nuestras cooperativas gestionan escuelas y también recuperan empresas donde otros fracasaron; atienden redes de televisión por cable y tienen canales propios. También defienden, comercializan, industrializan y exportan desde puertos propios el trabajo de sus pequeños y medianos productores asociados y también aseguran cosechas, viviendas, autos y vidas.

Además, distribuyen y producen medicamentos, organizan servicios de salud y cuidan a nuestros niños y a nuestros mayores, nuestras cooperativas reciclan residuos y también producen software libre a partir de la organización democrática de sus programadores asociados; financian a las pymes dentro y fuera del sistema bancario; gestionan cadenas de supermercados para defender a los consumidores y organizan medios de producción y consumo de alimentos sanos.

Este saber tan diversificado y tan presente en todo el territorio nacional, es un capital social enorme que no puede ser ignorado ni desaprovechado por la política. De eso se trata este Foro: de poner este capital social en diálogo con todos los actores de la política y la economía. Este es un capital social que además nos hace parte de la mayor Red Global de empresas basadas en Principios y Valores.

En el mundo hay aproximadamente 3 millones de cooperativas, con más de 1.200 millones de asociados. Si queremos insertarnos en el mundo desde un lugar de compromiso con el desarrollo sostenible, la democracia y la igualdad entonces no podemos desaprovechar el reconocimiento global que nos hemos ganado”.

¿Qué es lo que pensamos los hombres y mujeres que sostenemos a los tres millones de cooperativas que existen en el mundo?

“Algo tan simple como profundo: el motor de la economía debe ser la cooperación con el otro para solucionar los problemas comunes y no la competencia que está al servicio del interés individual.

Y también pensamos en otra cosa también simple y profunda: la democracia no solo sirve para construir economía, sino que es el mejor camino para poner la economía al servicio de nuestras familias y nuestras comunidades y no creemos esto solo por convicción moral, sino desde una visión práctica de la vida, porque es lo más eficiente para satisfacer necesidades y cumplir con las aspiraciones.

Por ejemplo, en el caso de las viviendas no creemos que el modelo de desarrolladores inmobiliarios que especulan con la propiedad de la tierra y lucran con la necesidad vivienda de nuestras comunidades, sea la mejor forma de lograr el acceso de nuestras familias a un techo. Preferimos garantizar el acceso a la tierra a nuestras familias, movilizar nuestros ahorros democráticamente, en qué barrio queremos vivir, como cuidaremos el ambiente y la calidad de nuestra vida y para eso confiamos en nuestras cooperativas y en nuestras mutuales de vivienda porque son más justas y más democráticas.

Si hablamos del sistema agroalimentario preferimos a los productores y consumidores organizados en defensa de su economía y en su salud; queremos una cadena agroalimentaria con amplia participación de nuestros productores y nuestros trabajadores.

Porque esa es la mejor manera de que los beneficios se queden en el territorio, queremos también consumidores que organicen sus propias empresas de distribución minorista para decidir en diálogo con los productores también cooperativizados y con las pymes locales cuáles son los mejores alimentos, cuáles cuidan mejor nuestra salud y cómo los productores podemos cuidar nuestro ambiente para sostener también la calidad de vida y la calidad de nuestro trabajo. No creemos que sea razonable confiar la calidad de los alimentos y la protección de nuestra salud y el ambiente a un puñado de multinacionales que no sabemos que alimento ultra procesado pone en el estómago de nuestros hijos.

Si hablamos del sistema financiero queremos Bancos y Cooperativas de Ahorro y Crédito gestionados democráticamente por la comunidad, queremos que nuestros ahorros financien proyectos de desarrollo local, a nuestras empresas, a nuestros vecinos; no nos da lo mismo si nuestros ahorros financian la producción o la especulación, no nos da lo mismo si financian a nuestros vecinos, a nuestras empresas, a que se financie la fuga de capitales.

En síntesis, nuestra convicción más profunda es que queremos una sociedad democrática solidaria, comprometida con cada comunidad, con cada parte de la defensa de nuestro ambiente y con el país fundamentalmente. Entonces, si queremos todo eso, debemos apostar por modelos empresarios que sean compatibles con esos objetivos, ya que no podemos organizar nuestras empresas en base al individualismo, la concentración económica, la especulación, la extranjerización, la explotación de las personas y de la naturaleza y pretender después tener una sociedad democrática sostenible e inclusiva”.

No nos da lo mismo

“Así como no nos da lo mismo cualquier tipo de empresa, tampoco nos puede dar lo mismo cualquier tipo de Estado. Necesitamos un Estado que acompañe el desarrollo de una banca cooperativa, pública, municipal o de capitales mixtos que tenga efectivo compromiso con nuestro desarrollo, que nos permita recuperar la soberanía sobre nuestros ahorros y que sea capaz de evitar la fuga de capitales, para que los mismos se orienten al desarrollo sostenible.

Queremos un Banco Central activo que controle los capitales especulativos que acompañan las políticas de desarrollo, las políticas públicas orientadas a la generación de trabajo y riqueza en nuestro país.

No nos da lo mismo cualquier tipo de moneda, queremos un Estado capaz de defender la moneda nacional, que  para comprar un terreno o una casa fabricada por insumos y trabajo argentino no necesitemos papeles impresos en un país extranjero.

Entonces no hay autonomía y será muy difícil poner la economía al servicio de nuestros trabajadores, productores y consumidores como queremos los cooperativistas y los mutualistas.

Los cooperativistas creemos en la democracia económica y esto empieza por reglas de juego que permitan el desarrollo de nuevas empresas, que rompan los monopolios que en estos días nos están mostrando su capacidad para imponer precios abusivos”.

En las antípodas de los monopolios

“Los cooperativistas creemos que la mejor forma de garantizar un servicio de calidad es garantizando la organización y la participación de los usuarios y eso está en las antípodas de los monopolios, queremos un Estado que apueste por las cooperativas, las mutuales y las inversiones locales para promover la transformación energética, el acceso al agua y a los servicios de comunicación de última generación, un Estado que apueste a la movilización de los recursos locales y no a los cantos de sirena de grandes capitales sin compromiso con nuestro territorio y con nuestras comunidades”.

La Economía de Plataforma precariza el trabajo

“Ha desembarcado y es frondosa en nuestro país y lo ha hecho de la mano de un modelo concentrado extranjerizado y profundamente vinculado al capital financiero internacional concentrado.

Hoy, por ejemplo, para el servicio de entrega domiciliaria estamos confiando en plataformas que se llevan nuestras divisas y rompen los lazos sociales entre vecinos, además de precarizar el trabajo”.

La cadena agroalimentaria

“Preferimos a los productores y consumidores organizados en defensa de su economía y en su salud, con amplia participación de nuestros productores y nuestros trabajadores

Porque esa es la mejor manera de que los beneficios se queden en el territorio porque están comprometidos con el territorio queremos también consumidores que organicen sus propias empresas de distribución minorista para decidir en diálogo con los productores también cooperativizados y con las pymes locales.

Entonces, si queremos todo eso debemos apostar por modelos empresarios que sean compatibles con esos objetivos, no podemos organizar nuestras empresas en base al individualismo, la concentración económica, la especulación, la extranjerización, la explotación de las personas y de la naturaleza y pretender después tener una sociedad democrática sostenible e inclusiva y así como no nos da lo mismo cualquier tipo de empresa, tampoco nos puede dar lo mismo cualquier tipo de Estado”.

Nada hay más transformador que cumplir los acuerdos internacionales

“La Protección Social se acordó en 1948, es parte de los grandes acuerdos que hicieron nuestros padres y nuestros abuelos luego de dos guerras, la política de reconocimiento de los derechos no es un invento del populismo, es lo acordado en 1948 como fundamento para la construcción de un mundo en paz.

En 1966 se aprobó el pacto internacional de derechos económicos sociales y culturales que en nuestro país tiene rango constitucional desde 1994, cada artículo de ese pack implica el reconocimiento de un derecho y la imposición de una obligación del Estado que ha adherido a ese pacto, por ejemplo en el tema de Educación, señala que la enseñanza superior debe hacerse igualmente accesible a todos, sobre la base de la capacidad de cada uno, por cuantos medios sean apropiados y en particular por la implementación progresiva de la enseñanza gratuita, es decir, la enseñanza universitaria gratuita no es un invento del populismo, es una exigencia de nuestros acuerdos internacionales y de nuestra Constitución.

La Resolución 193 de la OIT del año 2002, dice explícitamente a los gobiernos que promuevan un marco normativo favorable al desarrollo de las empresas cooperativas y hace pocas semanas la Resolución 77 las Naciones Unidas dijo expresamente que las cooperativas y las empresas sociales pueden ayudar a aliviar la pobreza y a capitalizar y a catalizar la transformación social, aumentando la capacidad productiva de quienes se encuentran en situaciones vulnerables y produciendo bienes y servicios que sean accesibles.

Insisto que no hay nada más transformador, más revolucionario, que cumplir con los acuerdos internacionales. A los cooperativistas no nos da lo mismo cualquier tipo de Estado, queremos un Estado que respete los derechos y que asuma las responsabilidades a las que se ha comprometido en el marco del sistema de Naciones Unidas”.

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