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EL MEDIO NO SE ADAPTA A NOSOTROS: ES AL REVÉS

Por Héctor José Fasoli

Doctor en Química, docente e investigador,
especializado en temas ambientales.
Premio Konex de Platino en Ciencia y Tecnología.

En la nota anterior dijimos que la problemática ambiental podía clasificarse según el entorno geográfico sobre el que influye y pusimos como ejemplo de temática ambiental local a la gestión de residuos urbanos.

Generalmente, las problemáticas geográficamente más extensas impactan también sobre las menos extensas. Es el caso de las sequías e inundaciones, caso típico de problemática ambiental regional.

Nosotros, el ambiente y los fenómenos naturales

Este ejemplo, a su vez, nos permite otro tipo de clasificación de las problemáticas ambientales: por su origen. Es frecuente asociar la degradación del ambiente a la actividad humana (se denomina antropogénica). Pero ocurren procesos naturales que también impactan sobre el ambiente (eventos “naturgénicos”): una erupción volcánica puede ocasionar una transformación ambiental de consecuencias graves, como es el caso reciente del volcán La Palma en las islas Canarias, España.

Una situación, ya no tan cercana en el tiempo, pero de consecuencias interesantes fue la erupción del volcán Hudson en la región de Aysén, en Chile, entre junio y agosto de 1991.

La violenta erupción que en su segunda fase abrió un segundo cráter en el volcán, produjo una nube de cenizas que cubrió el sur de Chile y la Argentina, se observó desde el espacio, y llegó a prácticamente todos los continentes.

Resurgir de las cenizas

Una de las localidades más afectadas por las cenizas del Hudson fue Los Antiguos, al norte de la provincia de Santa Cruz, en el límite con Chile. La ciudad y municipio, que hoy tiene entre 4.000 y 5.000 habitantes quedó cubierta de material silícico (“arena” muy liviana) que terminó con las plantaciones de frutas finas, principalmente cerezas.

Superados los largos meses de incertidumbre, aún con máscaras para no incorporar el polvo a las vías respiratorias, los niños y las mujeres regresaron a la localidad, que solo había quedado habitada por hombres, soportando los varios metros de cenizas que habían hecho desaparecer cultivos y animales.

A partir de allí se produjo un resurgir de la producción que transformó a Los Antiguos en un pujante exportador de cerezas y otras frutas.

Lo que los primeros años se atribuyó a la mejora de la fertilidad del suelo (“milagro del Hudson”), con el tiempo se comprobó que el efecto de las cenizas, en todo caso, fue facilitar la permeabilidad del suelo y conservar la humedad.

En una charla impartida en Los Antiguos alrededor de 2005 dijimos que el verdadero milagro lo había hecho la tenacidad de mujeres y hombres que, unidos en cooperativas, levantaron al municipio -literalmente- de las cenizas, transformándolo en uno de los sitios más productivos y bonitos del sur argentino.

Pero la tenacidad no es solo trabajo a destajo: es estudiar y aprender de quienes enfrentan o enfrentaron situaciones pasajeras o permanentes similares. Eso también se hizo en Los Antiguos.

Inundaciones y sequías

Las fuerzas naturales actúan de manera imprevista, a veces a favor y otras en contra de nuestros deseos. Un tema preocupante es el de las sequías e inundaciones en las regiones agrícolas y ganaderas más productivas de nuestro país.

Parece inadmisible que aún hoy los eventos meteorológicos decidan el futuro de una cosecha. El equivalente a las pérdidas que producen un par de estas catástrofes económicas podría emplearse en obras de canalización y riego.

¿Una novedad? ¡En absoluto! El Ingeniero Luis Huergo (1837-1913) las previó a fines del siglo XIX y comienzo del XX para la cuenca del río Salado en la provincia de Buenos Aires. La procrastinación -el aplazo enfermizo de obligaciones y trabajos- es uno de los mayores defectos de nuestra Argentina.

Las consecuencias de la falta de obras concertadas, es decir, el trabajo no ya individual, sino egoísta, hace que los particulares traten de salvar lo propio, produciendo anegaciones en los campos vecinos.

¿Ocurre esto solo en la pampa argentina? Por supuesto que no, otras regiones, como la meseta del río Chubut, sufre las mismas consecuencias de este “sálvese quien pueda”.

La falta de fiscalización del Estado hace su parte: si la leyes y reglamentos no se hacen cumplir, es lo mismo que no existiesen…

Por supuesto que no todo es obra de la naturaleza en el tema de inundaciones: la impermeabilización de suelos por la explotación intensiva, la deforestación para reemplazar lo autóctono por plantaciones más rentables a corto plazo, también juegan su papel en esta historia.

El ambiente es el que nos acompaña en el presente, pero, también, el que acompañará a las generaciones futuras: el daño ocasionado hoy puede no restaurarse en años; por ejemplo, pocos saben que la huella de un vehículo que “corta campo” en la Patagonia profunda puede tardar años en desaparecer.

Las producciones regionales son la alternativa ambientalmente sustentable. Naturalmente, raramente producirán un enriquecimiento a corto plazo, el que generalmente, atenta contra el ambiente: no se puede pretender que el ambiente se adapte a la actividad humana; es exactamente al revés.

Colofón solidario y cooperativo

La acción solidaria, coordinada en forma cooperativa, no solo entre las fuerzas productivas sino entre ellas y la naturaleza permite alentar una convivencia más armoniosa entre nosotros mismos y con el ambiente. La mayoría de las veces no es un tema de recursos económicos, sino de educación y actitud. Sobre ello trataremos próximamente.

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