Social y Solidaria

NOTA AMBIENTAL 1200

Noticias Ambientales

PERDIDO EN LA GRAN CIUDAD

Por Héctor José Fasoli

Doctor en Química, docente e investigador,
especializado en temas ambientales.
Premio Konex de Platino en Ciencia y Tecnología.

Dijimos varias veces y de diversas maneras desde estas páginas que el ambiente es lo que nos rodea por afuera de nuestra piel y que, a su vez, nosotros somos partes del ambiente del prójimo.

Nos detuvimos ya en la cuestión de esa proximidad porque parece que los grandes temas ambientales son los que nos aproximan a una catástrofe mundial: el “agujero” en la capa de ozono y la emergencia climática o cambio global. Se tienen aparentemente fuera del ambiente las migraciones masivas, las guerras, las enfermedades y la pobreza.

Pero en estas notas somos más modestos aún: nos preocupa el ambiente cercano, ese que nos quita la armonía cotidiana que damos por asegurada, que transforma la rutina de lo predecible en una complicación inesperada que nos exaspera y, en definitiva, nos estresa innecesariamente.

Repasaremos el maltrato cotidiano que cada uno sufrimos desde nuestro ambiente cercano y que nos pone en un estado de indefensión capaz de llevar a la alteración psicológica al espíritu más templado.

Son unos pocos ejemplos que pueden pasar más o menos desapercibidos; el lector sabrá poner en evidencia los más groseros, que ordenados en una lista parecerían interminables.

Señales del caos

La Argentina en general y el área metropolitana en particular son los lugares peor señalizados del mundo. La desidia alcanza a la falta de nombre en muchísimas calles- puede caminarse decenas de cuadras sin ver la denominación de la transversal- y a calles con doble numeración en el Gran Buenos Aires.

Muchos nombres se abrevian, confundiendo al transeúnte local y ni qué decir del extranjero (¿por qué la avenida Francisco Beiró la escriben como Fco. Beiró?); hemos visto calles con el apellido antes del nombre (hasta hace poco, la calle María Catalina Marchi tenía un cartel que decía Marchi, María Catalina).

Muy cerca de ella, la calle Concepción Arenal tiene cartel de contramano tanto para quien desea doblar desde Cabildo como quien lo quiere hacer desde Manuel N. Savio.

La mayoría de los semáforos están colocados cruzando la bocacalle en vez de estar antes del cruce. Por ejemplo, si usted tiene luz verde por avenida Intendente Bullrich y gira a la derecha por la Avenida del Libertador, se encuentra con un semáforo rojo que aparentemente es para quienes esperan unos setenta metros más atrás, junto al campo de polo (!).

La señalización de rutas y autopistas es otra cosa digna de mencionar. Por ejemplo, para tomar el acceso Norte desde la General Paz hay que hacer una gran curva donde se indica que la velocidad máxima es 40 kilómetros por hora y que el radar vigila. ¿Hasta dónde tiene validez esa indicación? El sentido común sugiere que hasta que se unen los varios carriles del acceso, que vienen desde el Río de la Plata; así también lo indica el GPS.

Sin embargo, no hay señal que anuncie el permiso de aumentar la velocidad y los respetuosos deben soportar el asedio de los apurados (asedio: eufemismo por bocinazos e insultos de violencia desproporcionada).

Amigos extranjeros, acostumbrados a respetar los carriles en las rutas y autopistas de sus países, estuvieron a punto de accidentarse al seguir líneas de carriles que terminan contra el guarda-rail de la izquierda sin ningún aviso previo.

Traslado Monumento a Colón

Rehenes del pasado

El ser humano es un individuo histórico: conoce por referencia su pasado y debería servirle para corregir sus errores. Pero a su vez los acontecimientos de una época forman parte de la forma en que se vive en ella. Los hechos de un tiempo se juzgan con las leyes de ese tiempo; es absurdo juzgar el pasado lejano con las leyes o la ética del presente. No pretendo aquí dar una clase de filosofía histórica pero sí señalar los absurdos en los que caemos los argentinos.

Hace no muchos años se quitó de la hermosa plaza que está detrás de la Casa de Gobierno el fabuloso monumento a Cristóbal Colón, donado por la colectividad italiana; en su lugar se emplazó la de la heroína de la Independencia Juana Azurduy. Ambos finalmente terminaron castigados: Colón en un lugar desabrido junto al río, dándonos la espalda; como los porteños le damos la espalda al río, cosa de la que ya hablamos en otra nota, y nos ignoramos mutuamente.

Juana Azurduy fue desplazada frente al CCK: su valor histórico y visual fueron degradados porque en el antiguo predio de la Casa Rosada ahora hay…nada atractivo. Pero lo peor, y que debe llamar la atención a más de un visitante, es que el espacio verde sigue llamándose Parque Colón, que por él pasa la avenida de la Rábida y que hacia el sur comienza la hermosa avenida Paseo Colón.  

Mientras nos seguimos peleando con nuestro pasado y poniéndole nombres exóticos a su conmemoración, los EE.UU. homenajean a los colonizadores españoles: tienen el Día de Colón y en el sur del Estado de la Florida se recuerda con calles y monumentos a Ponce de León. Por cierto, el verbo “colonizar” no viene de Colón, sino que significa establecer una colonia; a su vez una colonia no es, en absoluto, sinónimo de conquista ni de esclavitud, aun cuando en ellas se pudieron cometer tropelías como en cualquier lado del mundo y en cualquier época.

¿Quién conoce el SIMELA?

El Sistema Métrico Legal Argentino –SIMELA- es el sistema de unidades de medida de uso obligatorio en el país, basado en el Sistema Internacional de Unidades. Por ley debe respetarse en cualquier documento oficial ya sea escrituras, planos, propiedad industrial, etc. y, por lo tanto, debería enseñarse a partir de los primeros años de la escuela primaria, además de ser de uso exclusivo en las universidades.

Solo algunos ejemplos: una salida del acceso norte dice: “CALLE THAMES 500 M” (el metro, unidad de longitud, tiene como símbolo la letra m, minúscula y sin punto final). Pero, enseguida, otro cartel dice: “Av. MÁQUEZ 350 m”. En el Acceso Oeste la salida a un aeropuerto se anunciaba a 500 MTS. (así, como una incorrecta abreviatura, con punto final).

La etiqueta de un alfajor dice que tiene 18,5 gr de hidratos de carbono; lo correcto es 18,5 g (símbolo de gramo) y que su “valor energético es” 145 kcal (kilocalorías); aunque esta forma de expresar el llamado también “valor calórico” de los alimentos es frecuente, lo aceptado por el SIMELA es expresarlo en kilojoules (o kilojulios); las 145 kcal del alfajor equivalen a 606 kJ (¡sí, la k minúscula por kilo y luego la J mayúscula por el nombre propio de Joule). Una dieta diaria de 2000 kcal corresponde a unos 8400 kJ.   

¿Parece difícil? Les aseguro que no, si se aprende desde chiquitos: así como al tema se lo enseñó mal puede enseñárselo bien, aunque sospecho que ni siquiera se enseña…

Colofón alterado

Hablamos de pequeñas agresiones al entendimiento, sutiles para muchos, sin importancia para muchos más, imperceptibles por acostumbramiento para la gran mayoría. Pero el ambiente es el otro, venimos diciendo, y hay muchos que están acostumbrados a vivir con cuestiones elementales ordenadas, entre ellos muchísimos visitantes de las provincias argentinas y del exterior del país.

Un querido profesor de la secundaria, a quien encontré poco después de egresar en una librería de la Avenida de Mayo, me dijo: “Fasoli: a veces me pregunto si no sería más saludable vivir en la ignorancia”. Dicha por él, historiador preparadísimo, la frase fue una clara ironía que me retumba hasta hoy.

La respuesta es: no y mil veces no; lo que debemos hacer es taladrar con la verdad y enseñar siempre. No engañarnos con los ídolos transitorios del presente y quedarnos con los hombres y mujeres egregios y permanentes. No importa que la confusión nos altere los nervios y nos haga vibrar interiormente.

Quien no vibra, quien se deja llevar por la corriente como el “Hombre Corcho” de Roberto Arlt, habrá vivido, pero “no honró la vida”, como nos dice Eladia Blázquez desde su maravillosa poesía.   

Mira también:

Dejá un comentario

Share on facebook
Compartir nota en Facebook