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NOSOTROS Y NUESTRO AMBIENTE

Por Héctor José Fasoli

Doctor en Química, docente e investigador,
especializado en temas ambientales.
Premio Konex de Platino en Ciencia y Tecnología.

La temática ambiental presenta sus ambigüedades. Por lo pronto, los temas ambientales parecen siempre ser importantes (esto es, aparecer en los medios) cuando la palabra “ambiental” es el adjetivo de problema o catástrofe. Temas como la prevención y la educación ambiental deberían ser tratados sistemáticamente por la prensa, no solo cuando son noticia.

Sigamos con la ambigüedad del título de esta nota: nosotros: ¿quiénes? Respuesta: usted, yo, su familia y mi familia, los que vivimos en el barrio, la ciudad, una provincia, el país, el mundo… Y si nos diferenciamos del ambiente ¿por qué el posesivo “nuestro”?

Atardecer - Foto de Betania Fasoli

El ambiente no es nuestro: nosotros somos parte de él

Porque el adjetivo posesivo no tiene aquí sentido de “propiedad” de algo sino de “pertenencia a algo. El ambiente es nuestro, no porque nos pertenece sino porque pertenecemos a él: somos el ambiente y, sobre todo, somos parte del ambiente de otras especies.

¿Demasiado complicado? ¡Para nada! Se trata de pensar y aprovechar con calma esa posibilidad que nos da la lectura.

Cuando hablamos de ambiente es necesario familiarizarse con que en idioma español se refiere al conjunto de circunstancias o condiciones exteriores a un ser vivo que influyen en su desarrollo y en sus actividades. Sinónimos: medio, medio ambiente y medioambiente. El inglés aquí es más preciso: “environment”.

Nos relacionamos con el entorno

La temática ambiental se suele clasificar de acuerdo con nuestra mayor o menor proximidad con el entorno que nos interesa:

El ambiente local (por ejemplo, el municipal, que a su vez está compuesto por los sub-ambientes que conforman cada hogar, la cuadra, el barrio y la localidad).

El ambiente regional, vinculado generalmente con problemáticas comunes de una o varias provincias (por ejemplo, las del Noroeste Argentino).

El ambiente nacional, donde la temática abarca la totalidad de las regionales con proyección a todo el país.

Finalmente está el ambiente global, la Tierra como nuestro hogar, como suele decirse un tanto a la ligera.

Y ahora sí: la problemática ambiental

Cuando la temática ambiental se transforma en una preocupación para la comunidad se comienza a hablar de “problemática ambiental”. En nuestra experiencia, la percepción de la problemática ambiental de un habitante promedio, no especializado, es muy diferente de la aparente objetividad con que la percibe la ciencia para el mismo lugar, siempre y cuando la sociedad no esté influenciada por información mediática que suele magnificar el problema.

Pondremos un ejemplo concreto: hace más de dos décadas, un grupo de investigación que co-dirigía estaba interesado en prevenir los daños al patrimonio arqueológico que se produciría por la prospección minera de oro en una de las provincias patagónicas.

Cuando presentamos nuestro proyecto a las autoridades y fuerzas vivas de la localidad comprendimos que esa temática para ellos no era percibida ni considerada como problema; el problema, en esa localidad y en ese momento, era la generación de residuos sólidos urbanos y, en particular, los envases plásticos descartables.

¿Dejaba de ser un problema el que planteábamos? De ninguna manera: aprendimos que si queríamos tratar un tema de mayor magnitud o complejidad debíamos atender primero el que era percibido como el problema más serio e inmediato en la localidad.

Los residuos “en el patio de atrás”

Y aquí surge algo sorprendente: la problemática de los residuos sólidos domiciliarios se repite en todo el país (y muchas partes del mundo), independientemente del tamaño de la localidad. Más aún, el tipo de residuos generados en la mayoría de las localidades es muy similar, independientemente de la cantidad de habitantes.

Sorprendentemente, el tema de los residuos no está resuelto porque no está resuelta, entre otras cosas, su clasificación en el lugar donde se generan. Y no me refiero solamente a la Argentina: basta darse una vuelta “por el patio de atrás” de un centro comercial mediano o chico de los Estados Unidos de N.A. y verán a qué nos referimos.

Europa no es toda igual. ¿La diferencia? Educación y espacio. Los países con poco espacio se ven obligados a resolver el problema de los residuos de manera muy eficiente. Sin educación, sin embargo, no hay plan que funcione, a menos que se impongan penas severísimas a quienes no cumplan (por ejemplo, en países del sudeste asiático)

Colofón

Con este enfoque, conciso y lo más didáctico posible, seguiremos tratando en próximas notas la temática ambiental: la que nos urge como individuos de una pequeña sociedad y la que preocupa a los científicos del mundo, como miembros de la comunidad global.

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