Abogado recibido a los 21 años –cuatro años antes había obtenido el título de bachiller-, abrazó el Derecho por vocación del intelecto, y el mutualismo por la fuerza de la sangre. En el tiempo en que Abel se graduaba en leyes su papá Blas andaba en tratativas para formar un fondo compensatorio para empleados del Correo oficial. “Yo estoy no sólo profesionalmente sino afectivamente unido a la Mutual, porque papá fue el segundo presidente de AMPC. Yo estoy desde el inicio mismo, porque redactamos el estatuto conjuntamente con alguno de mis socios en ese entonces”, contó en ocasión de celebrar medio siglo con la profesión.  

Abel Román transmitía ese amor que es más que afecto por la Mutual y por el mutualismo mismo. Fue parte necesaria en la gestación de Oemsur –germen de la actual Odema- y su participación no fue menor en las ideas fundacionales de la Unión Mundial de la Mutualidad. 

Y recordaba esos hitos históricos como una anécdota, con la sonrisa a flor de labios de quien recuerda los más gratos momentos de su vida. Porque en cada una de las instituciones por las que pasó sembró y cosechó amigos: fue secretario en el municipio de González Chaves, docente universitario en la Universidad Nacional de La Plata, ejerció varios cargos en el Colegio de Abogados de esa ciudad.

Pero en la capital provincial es recordado por sobre todo como “el intendente del Centenario”, dado que en su período al frente del Ejecutivo comunal se celebró el primer siglo de la fundación de la ciudad y los festejos dejaron ecos que perduraron por años. Luego fundó Acción Municipal Platense, partido con el que su lista consiguió dos bancas en el Concejo Deliberante local.

Honesto, trabajador, capaz, cordial, son cualidades que quedarán chicas en el recuerdo de Román. Quizás más que por su caminar en la docencia, la política, el mutualismo, el periodismo –se ha publicado innumerables columnas de opinión con su firma en el diario El Día de su ciudad- le gustará ser evocado como un gran amigo. Ni más ni menos que lo que afloraba desde su corazón y se manifestaba en su trato.

En cierta ocasión usó de la palabra para homenajear a los dirigentes fallecidos de ambas mutuales y pronunció con emoción un pensamiento que con seguridad le gustaría retomar en la ocasión:  

“Yo seguiré siguiendo, yo seguiré viviendo, seré, no sé bien cómo, parte de todos los que hoy están siendo.”

Nuestra gratitud eterna hacia Abel, quien sigue siendo parte de todos.

La asociación Mutual de Protección Familiar y la Asociación Mutual del Personal de Comunicaciones acompañan en los difíciles pasos del duelo a sus hijos Andrés (secretario general de Protección Familiar), Dolores, Leandro y Luciano.

Por Comisión Directiva

Alfredo Sigliano

Presidente