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FACE CÓRDOBA Y LA PANDEMIA

FACE Córdoba nuclea a más de 100 cooperativas de servicios públicos de la provincia, Omar Marro, oriundo de la localidad de Luque, la preside desde 2015  en forma ininterrumpida.

Omar Marro, presidente de la Federación Argentina de Cooperativas de Electricidad y Otros Servicios Públicos de Córdoba -FACE Cba-

“La situación absolutamente inesperada planteada por la pandemia del Covid-19 puso de relieve la importancia de contar con servicios públicos sólidos y eficientes. La emergencia llevó a considerar como esencial no sólo a los suministros de energía, agua y cloacas, sino también a la Internet y las telecomunicaciones, prestaciones que permiten a la población sobrellevar de mejor manera el aislamiento social preventivo y obligatorio y sostener la actividad mediante el teletrabajo o el comercio electrónico”.

En las pequeñas y medianas poblaciones del interior provincial, las cooperativas tienen mayormente la responsabilidad de prestar esos servicios. Las críticas que suelen recibir por la sumatoria de servicios en manos de un mismo prestador, no son conducentes puesto que la buena administración de esa pluralidad produce el ahorro de costos por la concentración de actividades en una sola estructura.

Esta centralización de funciones suele ser aplaudida cuando es emprendida por el Estado o la actividad lucrativa. Sin embargo, es inexplicablemente cuestionada cuando la lleva a cabo una cooperativa.

De esencial a imprescindible

En el marco de la pandemia y la consecuente cuarentena, se advierte que todos los servicios públicos transitan la inconveniencia de enfrentar sus costos con una recaudación en caída, consecuencia de la dificultad en la cobranza.

Hoy, la característica de esencial avanza hacia la condición de imprescindible para la vida y la subsistencia de los habitantes sometidos al rigor de la pandemia.

Entonces, nos encontramos ante el desafío de actuar con rapidez para contribuir a su preservación en el presente y al mismo tiempo no abandonar la mirada y el planeamiento a mediano y largo plazo.

Sostenibilidad del sistema

Lo peor que nos puede pasar es no entender que la sostenibilidad de los servicios es imprescindible y fundamental.

Tratándose de sistemas con grandes capitales de inversión fija, solamente por un tiempo se podrán disimular los errores que surgen de la tentación engañosa de distribuir las mismas prestaciones con costos que atentan contra su continuidad, a costa de un deterioro gradual y de dolorosas e incompletas recuperaciones posteriores.

En la misma línea, la antipatía que en los usuarios causa el monto de las facturas, debe ser combatida con la transparencia en la información y nunca con la excusa de la conveniencia cortoplacista de tarifas insuficientes.

Eso es un bumerang que terminará afectando la calidad de los servicios, una situación que ya vivimos no hace mucho.

Por ahora, los servicios están garantizados

La pandemia por el coronavirus y su derivación inevitable en el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio va a generar una incapacidad cierta de pago en un amplio sector de la sociedad y aún eso no ha sido definido en materia de servicios.

No estamos en contra de mantener los servicios a quienes no pueden pagarlos como consecuencia de la pandemia, pero no debemos dejar de alertar que el quiebre del sostenimiento de las prestaciones será peor si no estuvieran disponibles para los que puedan ni para los que no puedan pagar por ellos.

No es solo la energía y los demás servicios esenciales en los hogares, se trata también del sustento de la actividad económica en cada uno de esos suministros, sus pilares básicos.

Se arrastran problemas de financiamiento

El Mercado Eléctrico Nacional se vio sometido a la tensión inesperada generada por la cuarentena cuando aún no había podido resolver las cuestiones inherentes a su normalización, lo que arrastra serios problemas de financiamiento desde hace muchos años.

Durante ese proceso de encauzamiento se dieron circunstancias de diversa índole que no fueron solucionadas en su totalidad y derivaron en situaciones de clara inequidad. Algunos distritos ejecutaron políticas de sinceramiento tarifario para poder cubrir los costos de las distintas etapas, incluida la distribución, mientras que otros no cumplieron con esas premisas, derivando en diferencias tarifarias muy marcadas.

En el caso de la provincia de Córdoba, más allá de sus propios costos de distribución se adhirió a un proceso de normalización de sus deudas y cumplió con el mismo.

Distinto a lo que sucedió en otros distritos que financiaron parte de sus atrasos tarifarios con incumplimientos en las obligaciones asociadas al costo de generación y transporte de la energía a nivel mayorista.

Inequidades en el servicio

Todo esto sin mencionar que durante mucho tiempo el costo de la energía eléctrica mantuvo ostensibles inequidades, con distritos que pagaba hasta cinco veces más por la energía que compraba en el mismo mercado, sin mediar para tal decisión ningún sentido relacionado con la distribución equitativa de los costos. Eso, sin dudas, provocó la acumulación de pasivos que debieron ser negociados posteriormente.

Esos acuerdos gravitaron sobre costos que debieron ser afrontados más tarde, aumentando el esfuerzo de todos los integrantes del Mercado Eléctrico Provincial para poder cumplir. Mientras tanto, los usuarios del sistema recibían el impacto en sus facturas, situación que no conocían en profundidad.

Así, las comparaciones resultaron inevitables y a la vez odiosas, de cómo servicios similares en distritos cercanos tenían costos muy diferentes.

Colofón

Las tarifas insuficientes aseguran el desbarranque progresivo y permanente y la dolorosa consecuencia de entender que la energía y los servicios más caros son los que no existen, ya que cuando se produzca un derrumbamiento, no habrá dinero que pueda pagarlos porque sencillamente no se podrán entregar”.

Fuente: La Voz y elaboración propia.

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