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EL INDEPENDIENTE: CON CONVICCIÓN COOPERATIVA

Hay historias que no debemos olvidar, más allá de toda ideología, y son las que pasan por alto todo resquicio de humanidad; como la de los integrantes iniciales de la Cooperativa Copegraf editora de “El Independiente” rescatada en una historia de Rosa D’Alesio escrita en 2017.

En estos días la Cooperativa Copegraf cumplió 51 años de trayectoria. Se reivindica como editora del primer diario cooperativo y así es. Cumple una función notable en su región con una comunicación con convicción social y solidaria, democrática y plural. Hoy con 104 asociados y a plena vida, integra importantes organizaciones del movimiento cooperativo.

Actualmente, el Consejo de Administración de la Cooperativa Copegraf Ltda. está integrada por el presidente Julio Anselmo Delgado; la Vicepresidenta Analía Ferreira; el Tesorero Dante Díaz; la Secretaria Fabiana Montivero; el Vocal Gabriel Sánchez y la Síndica Cecilia Clemente.

Ahora siéntese, no se despegue de la butaca porque le prevengo que se le viene encima una historia que no olvidará.

Julio Delgado

Primer Diario Cooperativo y una historia fuerte Por Rosa D´Alesio

Hasta 1901 La Rioja, de tan pobre, no contaba con un diario, pero el 25 de agosto de ese año Pelagio Luna fundó El Independiente, con el compromiso de ser “órgano de los intereses generales de la provincia”.

El diario en 1916 acompañó la fórmula de Yrigoyen, que se consagró a partir de un sistema electoral ampliado que cerró el ciclo de los gobiernos oligárquicos. La circulación de aquella primera versión del diario, bisemanal, llegó hasta 1933, momento en el que Hitler llegaba al poder en Alemania y en nuestro país el gobierno de Agustín P. Justo restablecía el fraude electoral.

En 1957 el diario fue reflotado por un grupo de jóvenes radicales. Eran tiempos de la Revolución Fusiladora y del avance de la resistencia protagonizada por los obreros de base, procesos que empezaban a impactar sobre sectores amplios de la juventud.

La redacción estaba a cargo de los jóvenes Tito Paoletti y Daniel Moyano. El primero, con sólo 24 años, en 1959 quedó al frente de la dirección cuando su titular se retiró de la sociedad por problemas económicos. Comenzó así la edición semanal junto a su hermano Mario, Ricardo Mercado Luna y Moyano, con quienes constituyó una sociedad.

El diario fue ganando lectores, pero los socios solo percibían un salario y todo el excedente se invertía en mejorar la infraestructura para editar El independiente.

No contaban con manual de estilo de escritura, pero tenían pautas esenciales para el periodismo: buenas fuentes, rigor, concisión a la hora de redactar. Dedicaban mayores espacios a las secciones locales, y contaban con corresponsales fijos y espontáneos diseminados en la provincia.

El Golpe de Onganía

Tras el golpe de Onganía de 1966 el diario se convirtió en vocero de la oposición del onganiato. En 1968 Angelelli fue nombrado obispo de La Rioja, visitó el diario y a partir de ahí comenzó una relación de amistad entre él y Tito Paoletti. Pese al ateísmo de este último, tenían muchas ideas en común.

Era un momento donde los curas identificados con la teología de la liberación confluían con quienes se reivindicaban del “campo popular”. Tito también trabó amistad con Arturo Jauretche, y juntos soñaban con la Patria Grande latinoamericana.

La línea editorial del diario adoptó esas dos miradas: la de los curas tercermundistas y la de la liberación latinoamericana. Reflejaba tanto el apoyo a la resistencia vietnamita, como a Cuba contra el bloqueo de Estados Unidos. A nivel nacional apoyaban la organización antiburocrática de los trabajadores y el diario adscribió al Programa de la CGT de los Argentinos, redactado por Rodolfo Walsh en 1968.

Entre una población de 140 mil habitantes, el diario llegó a vender 13 mil ejemplares.

Muchos años de vida interrumpida

El 12 de octubre de 1970, cuando el diario cumplió once años de salida ininterrumpida, Tito propuso a los otros propietarios del diario conformarse en una cooperativa. Editorial Norte, nombre legal del diario, en 1971 transfirió en forma gratuita todos sus bienes de producción a Copegraf.

En esos años apareció un nuevo diario en la escena riojana, El Sol, vocero del Movimiento Popular Riojano, una fuerza política influenciada por el general Lanusse, luego alineado con la derecha peronista y más tarde al servicio de la dictadura militar.

Ante el llamado a elecciones en el año 1973, la asamblea de socios de Copegraf se reunió para fijar la posición de El Independiente, se inclinaron por apoyar la lista Justicialista encabezada por Héctor Cámpora.

La noche del golpe

En La Rioja la dictadura asaltó el diario, detuvo a trabajadores de prensa e impuso el terror en la cooperativa que lo editaba.

Oscar Schaller, querellante contra Milani, también formaba parte de la cooperativa, fue secuestrado meses después de su padre. “El día del golpe los editores estaban cerrando el diario con una tapa que daba cuenta de esto, cuando llegó el Ejército, intervino el diario y los obligaron a cambiar la tapa por una que decía ‘Pronunciamiento militar’. Les llevó poco tiempo desintegrar la comunidad que había entre gráficos y periodistas”, recuerda Oscar.

Plutarco Schaller, Mario Paoletti, y Guillermo Alfieri fueron secuestrados el mismo día del golpe, tiempo después otros cooperativistas fueron secuestrados, entre ellos Oscar Schaller y Ricardo Mercado Luna.

Se replicó el modo de apropiación del Papel Prensa

El modo en que se apropiaron del diario El Independiente de La Rioja es análogo al utilizado por los dueños de Clarín y La Nación para apropiarse de Papel Prensa. En ambos casos fueron expropiados bajo tortura. En el caso del diario riojano, otros socios cooperativos de las víctimas fueron cómplices de los genocidas y con los militares acordaron la continuidad del diario para ponerlo al servicio de la dictadura.

En abril de 1976 hacía un mes que Plutarco Schaller, Mario Paoletti y Guillermo Alfieri, sufrían torturas físicas, cuando uno de sus propios compañeros de la cooperativa del diario, puso delante de ellos los textos de sus renuncias. Américo Torralba pudo ingresar al lugar donde permanecían detenidos-desparecidos Schaller, Paoletti y Alfieri, una “excepción” a las normas.

Torralba puso ante ellos el texto donde no sólo renunciaban al diario, sino que declinaban ejercer el periodismo de por vida. El texto decía “al señor presidente de la Cooperativa El Independiente Copegraf Ltda. De mi mayor consideración: no teniendo en absoluto interés ni propósito de en un futuro ser periodista, obrero gráfico o personal administrativo de gráfica, presento mi renuncia indeclinable a la función que ocupo en calidad de socio de El Independiente”.

Posteriormente los tres fueron “blanqueados” y pasados a disposición del Poder Ejecutivo e iniciaban un recorrido, que duró años, por distintas cárceles del país.

Nicolás Villafañe y Américo Torralba fueron nombrados directores interinos y el 30 de mayo de 1977 publican una solicitada dirigida a las Fuerzas Armadas, al Gobierno de la Provincia y a la Opinión Pública. En ella decían que “durante varios años el diario El Independiente estuvo manejado y orientado por directivos de ideología antiargentina”. Y agregaban que “a partir del 24 de marzo de 1976 se operó un definitivo cambio de orientación, erradicando de las publicaciones toda clase de apología marxista subversiva”.

Megacausa la Rioja

En septiembre de 2013, uno de los exdirectivos del diario, Plutarco Schaller, presentó en el Poder Judicial riojano una denuncia penal por la apropiación ilegítima de la cooperativa. Entre los militares denunciados están el jefe del Tercer Cuerpo del Ejército, Luciano Benjamín Menéndez; el jefe del batallón de Ingenieros 141 de Ingenieros, coronel Osvaldo Pérez Battaglia; el subsecretario de Prensa y Difusión del gobierno de facto, e interventor del diario, el capitán Esteban Sanguinetti, condenado por la desaparición de Alberto Ledo.

La denuncia alcanzó a quienes se beneficiarion por la expropiación: Héctor Ártico, Amado Fernández, Jorge Antonio Flores, Nicolás Villafañe, Lucio Córdoba, López Alcaraz y Américo Torralba.

Plutarco Schaller fue secretario general en la provincia de la CGT de los Argentinos, y presidente de Copegraf, falleció el año pasado, pero antes de su muerte testimonió en varias oportunidades en la Megacausa La Rioja. Contó cómo fue su detención, que fue obligado a firmar su renuncia al diario bajo torturas y que vio a Milani cuando estaba detenidos en el hospital.

La salida de la dictadura y sin respuesta

A la salida de la dictadura, en 1984, Schaller  reclamó a las nuevas autoridades del diario que los regresaran a la cooperativa. Amado Fernández le ofreció trabajo solo a él, algo inaceptable para Schaller quien pidió que por lo menos se retractaran de la solicitada publicada en 1977 en el diario. Su petición fue negada, así como les fue negada al resto de los socios volver a integrar la cooperativa.

Los apropiadores se ampararon en las “renuncias” que Paoletti, Alfieri y Schaller firmaron. Sobre Tito, a quien le fraguaron la firma en el texto de renuncia, fundamentaron su desvinculación en un “abandono voluntario de servicios”. La particularidad, es que todos los textos estaban redactados de idéntica manera.

Los apropiadores de El Independiente utilizaron argumentos similares a los esgrimidos por Clarín y La Nación para justificar la propiedad de Papel Prensa. El Grupo Graiver también, bajo tortura, fue expropiado. Para unos y otros apropiadores las “renuncias” o la “transferencia” de acciones fue un mero trámite legal.

El caso de El Independiente muestra que el Batallón 141 participó en las operaciones del terrorismo de Estado. Así lo denunció Oscar Schaller ante la justicia: “Milani miente, dice que en ese regimiento no había detenidos, pero mis padres y yo estuvimos detenidos ahí, y él lo sabe porque lo vi durante mi detención”.

Matías Aufieri, abogado de Schaller y miembro del Centro de Profesionales por los Derechos Humanos (CeProDH), asegura que “Milani puede mentir porque desde 1983 ninguno de los gobiernos constitucionales abrió todos los archivos de la dictadura”.

Colofón

Según su actual presidente Julio Delgado “la fortaleza radica en saber forjar redes de contención como son las federaciones y a eso apuntamos. Nosotros crecimos integrando Fadiccra, Fecolar y la Red Gráfica, tenemos una interacción permanente con el ámbito cooperativo porque entendemos que de manera aislada no se puede lograr nada”.

Felicitaciones Copegraf por el legítimo y obstinado intento de mirar siempre para adelante, en total sintonía con la vida y enarbolando banderas solidarias y cooperativas.

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